China toma el control de las energías renovables

Es junio 2017 cuando el Presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, anuncia que quiere salir del acuerdo de París, un importante tratado para reducir las emisiones de dióxido de carbono, uno de los principales gases de efecto invernadero responsables del calentamiento global. El acuerdo fue firmado por el Presidente Obama y otros 195 países en diciembre de 2015. Con la liberación de Estados Unidos del Tratado, China ha buscado y está tratando de convertirse en un líder mundial en la búsqueda de energías renovables.

Aunque la concentración de polvos ultrafinos disminuyó en el último trimestre de 2017, Pekín sigue siendo el mayor responsable de las emisiones de gases de efecto invernadero y entre los países que utilizan más el carbón. Con el fin de superar esta situación, pero también para deshacerse de la esclavitud del petróleo, China ha decidido invertir en el sector de las energías renovables no sólo a nivel nacional sino también internacional. Con el fin de lograr este objetivo, el gobierno de Pekín ha cerrado muchas fábricas de carbón, ha prohibido a los suburbios utilizar carbón vegetal para calentar y también ha puesto en marcha medidas restrictivas con respecto al uso de estufas de leña y carbón vegetal. 

Gracias a las inversiones en el sector de las energías renovables, el gobierno de Pekín ha ganado el título del primer productor de energía solar del mundo, superando a Estados Unidos y Alemania. Famoso en este sentido es el Panda Green Energy Group Limited, uno de los parques solares más grandes del mundo que representa a un panda. Los ambiciosos proyectos de China incluyen el parque solar flotante inaugurado en mayo de 2017. Construida por la fuente de alimentación SUNGROW, esta granja solar flotante, ubicada en la provincia de Anhui, está compuesta por 166.000 paneles fotovoltaicos y fue construida sobre un lago artificial realizado tras el colapso de una mina de carbón, que ahora Sirve como base para los paneles. Esta planta de 40 MW es capaz de alimentar alrededor de 15.000 viviendas y ha sido diseñada para trabajar 25 años. 

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