TURQUESA VANGUARDISTA
El futuro de las organizaciones empresariales. Dinámicas y métodos para el trabajo en equipo y el autoconocimiento
Prólogo de Zvonimir Boban
La normalidad del hombre
La búsqueda de la normalidad humana. Así es como yo, al menos, definiría este libro de Massimiliano Fanni Canelles. De hecho, así es como definiría toda su vida, al menos en lo que he podido conocer de él. Y pensar que las muchas, por no decir todas, las cosas que hizo e intentó hacer desde muy joven son simplemente extraordinarias. Me parece un héroe de película, pero en cambio es un alma sencilla y entrañable, un hombre amable y fácil de llevar. Pero tiene mucha fuerza, como este libro.
De esta discreta búsqueda del amor hacia los demás, su vida cotidiana lo dice todo. Massimiliano vive en un viejo molino, a un tiro de piedra de él se encuentra un cobertizo igualmente antiguo perteneciente al artista Silvano Serdino, donde se ha creado un fantástico y surrealista círculo bohemio. Y es allí, en este lugar inimaginable, donde diferentes almas chocan y se encuentran, empezando por el alma básica que es nuestro amigo común Robi Leone. Y es ahí donde querer ser normal, querer ser simplemente Massimiliano, encuentra su expresión ideal. Encuentra su normalidad. Las cosas que ha hecho, incluido este libro, son prueba de ello. No gritan, no tienen el sabor de la farándula narcisista que se ve en todas partes, pero hablan de la sencillez y de la búsqueda del bien. Dicen que aman.
Un día estuve allí, en su molino. No lo conocía, salvo por las historias. Nos cocinó pasta y no respondió a los cumplidos. Hablaba poco o nada, nos escuchaba. Quería darnos espacio y hacernos sentir bien, pero a su manera. Como si no estuviera seguro, en su certeza, de cómo hay que comportarse entre los humanos.
Y si hay algo que emerge con claridad en este libro es la descripción profunda y precisa de la psicología de grupo y de la dinámica de comportamiento del individuo en el grupo. Y esta es la base de la sociedad. Todo esto y mucho, mucho más, lo describe perfectamente Massimiliano en estas páginas, un testimonio de cómo vive, ama y trabaja. Con un enorme eruditismo, una clara estructura espiritual y una humanidad siempre sencilla y ganadora. Siempre empieza y acaba ahí, en ese viejo cobertizo de la esperanza, donde la gente tiene la fuerza de respetar, la fuerza de vivir en los valores que para él son normales.
No hace falta conocerse demasiado para respetarse tanto y buscar resultados juntos. Este es uno de los muchos mensajes de este libro, que resulta tan convincente, a pesar de su estructura científica y, en ocasiones, aparentemente fría y técnica. El autor nos dice que debemos vivir para el prójimo, para nuestro propio crecimiento y para el resultado final colectivo. Nos habla de un pensamiento humano básico que siempre es agradable escuchar. Pero lo sitúa en el contexto de la "industria" y del trabajo real, lo pone en práctica en un entorno puramente empresarial, encontrando la forma esencial y elegante de describirlo. A veces es mecánico, pero nunca banal. Lo que luego añade, entre otras mil cosas, es un elemento muy difícil de practicar: por mucho que hayas dado a la causa, no dejes que los demás ponderen tu habilidad, intenta no expresarla porque los resultados finales del grupo pueden resentirse.
Bueno, en lo que a mí respecta, depende de cómo lo hagas. Lo encuentro sofisticado y bello en sus raíces budistas. Pero, ¿está bien? Lo discutiremos una vez, espero...
Fui futbolista, luego cuando terminé mi carrera quise continuar mis estudios universitarios, después dirigí varias empresas en diferentes sectores, incluso a altos niveles internacionales. Lo que he notado claramente es que la gente se comporta más o menos de la misma manera, no importa si se trata del deporte, la venta de alimentos o el periodismo responsable. He visto que la pirámide de jerarquías es temida, pero muchas veces también adorada por quienes la sufren. Este tipo de sometimiento, que protege y oprime, permite que la gente se sienta más segura; ya conocemos la historia. La agresividad de los líderes y la numeración de todo demuestra que son los elegidos.
¿El resultado final? ¡Pobres todos!
Podemos cambiar estos hábitos estándar si existen biografías o textos como éste. Basta con ver cómo y con qué resultados Massimiliano ha puesto en práctica esta filosofía horizontal en el liderazgo en el hospital de Cividale di Friuli donde trabajaba como jefe. Con resultados absurdos e impensables para cualquier CEO cool que se crea único e imprescindible. En la fuerza de su dominio jerárquico y su oficina de cristal en el piso ciento veinte de la friolera. El resultado es que la gente, a pesar de trabajar más y con más responsabilidad, ha sido feliz. Gratis. Y al mismo tiempo más eficaz y creativo.
Por desgracia, en la mayoría de los casos, esto no cambiará durante muchos siglos más, porque, parafraseando a Tucídides, la naturaleza humana nunca cambia. Sin embargo, creo que estos intentos, como yo, como Massimiliano y su vida, como estas páginas, son un ejemplo y sirven de absoluta inspiración para cualquier persona que quiera mejorar y vivir mejor. Y sentirse mejor en su lugar de trabajo y en su equipo.
No he querido tocar ni profundizar en los temas tratados por Massimiliano, ni aportar demostraciones empíricas de la ligereza, que es uno de los cuatro pilares, ni de la estratificación filosófica nietzscheana, ni de los excelentes resultados que muchas empresas han conseguido ya con la cultura del flujo. No quería hablar del trance competitivo, que puedo decir que conozco muy bien. Todo esto lo descubrirás leyendo. Sólo quería decir que Massimiliano es un excelente escritor, pero sobre todo es una persona Normal.
Disfrute de su lectura, manténgase concentrado...
Zvonimir Boban
