ESTE ARTICULO ES REPUBBLIC EN SOCIALNEWS.IT de mayo de 4 de mayo de 2019
Este término se refiere a un grupo de diecisiete elementos químicos, presentes en la tabla periódica, que van desde el lantanio hasta el lutecio, a los que se añade la ranura y el ittrio. Estos metales también se conocen como tierras raras. El adjetivo "raro", sin embargo, no se utiliza en términos de abundancia, sino para indicar la baja concentración de depósitos que hace que los costos de extracción sean altos.
Las principales características de estos metales son la luminiscencia y la capacidad de dar lugar a aleaciones con altas propiedades magnéticas. Sin embargo, el aspecto más interesante es que estos elementos, además de desempeñar un papel fundamental en el desarrollo de la tecnología, se han convertido en cruciales para el equilibrio geopolítico.
Gracias a las grandes reservas naturales, China controla casi toda la producción mundial. Basta pensar, de hecho, que el 80% de estos asuntos están en sus manos.
Además, en 2017 el Imperio Medio extrajo 105.000 toneladas de tierras raras, a diferencia de los Estados Unidos, que produjeron sólo 43.000 toneladas en las últimas dos décadas.
Estas cifras van a remodelar completamente las balanzas económicas y comerciales, ya que gran parte de los países occidentales, y no, dependen cada vez más del gobierno de Beijing. Los materiales raros, de hecho, son de importancia fundamental para la realización de herramientas tecnológicas. Todos los aparatos electrónicos modernos, así como los coches híbridos, computadoras, láseres, turbinas eólicas tienen un buen porcentaje de tierras raras entre sus componentes. También, y sobre todo, depende de estos elementos los instrumentos de la guerra.
En este sentido significativo está el episodio protagonizado por los Estados Unidos de Donald Trump. El gobierno republicano, de hecho, ha tenido dudas sobre hacer que las importaciones de estos materiales de China sean más caras, ya que el riesgo era causar más daño a sí mismo que al mercado chino. Estos elementos, como se mencionó anteriormente, son fundamentales para el ejército, lo que demuestra que el ejército estadounidense, y no sólo, depende totalmente de estos asuntos.
Todo esto inevitablemente aumenta el poder militar y económico de China, tanto que el Pentágono teme que el gobierno de Beijing pueda obstaculizar el crecimiento militar estadounidense reduciendo o eliminando los suministros de materiales raros por completo y saboteando la tecnología que exporta. Temores que no son infundados, basta con decir que ya en 1992 el entonces presidente chino, Deng Xiaoping, argumentó que la exportación de estos metales garantizaría a Beijing el mismo poder que el petróleo de Oriente Medio.
"Los países árabes tienen petróleo, China tiene tierras raras."
Gracias a esta conciencia, al año siguiente el gobierno de Beijing adoptó el Programa 863 con el objetivo de explotar sus campos y garantizar el desarrollo de tecnologías avanzadas. Además, en el mismo año China superó con mucho a los Estados Unidos en la extracción de estos metales. A pesar del increíble crecimiento desde el punto de vista económico y comercial, en 2010 las tierras raras fueron las protagonistas de una disputa internacional. Ese año, China decidió reducir las exportaciones de materiales raros en un 40 por ciento, lo que justificó esto como un acto de salvaguarda del medio ambiente. Esta decisión se basó probablemente, más que cualquier otra cosa, en motivos de proteccionismo con el fin de dar un mayor beneficio a las empresas del país que utilizan tierras raras. Estas medidas dieron lugar a un aumento de los precios internacionales de estos materiales y, en consecuencia, a una fuerte preocupación por parte de los Estados occidentales. En 2012, los Estados Unidos, junto con el Japón y la Unión Europea, recurrieron a la Organización Mundial del Comercio "Consejo de Conciliación de la Organización Mundial del Comercio (OMC). Después de varios años de vicisitudes, el órgano de solución de controversias logró eliminar las restricciones de China a las exportaciones de tierras raras.
Mientras tanto, los precios de estos metales están aumentando considerablemente, tanto que muchos países occidentales se vieron obligados a reanudar la producción en las antiguas canteras con el fin de asegurar nuevas inversiones. Sin embargo, esta decisión resultó ser un paso en falso, ya que Beijing decidió reducir los precios de venta haciendo imposible cualquier forma de competencia de Occidente.
Hoy en día hay 120 millones de toneladas de tierras raras en el mundo. La mayor concentración de estos depósitos, además de en China, se encuentra en Brasil yRusia. Con el control del 37 por ciento de estas reservas naturales, el gobierno de Beijing sigue dominando el mercado mundial de estos elementos. Y no importa si hay enormes costos económicos y ambientales para extraer estos materiales. El procesamiento y la extracción de tierras raras, de hecho, causa contaminación de los mares, implica el uso de materiales tóxicos para la fase de refinación y produce residuos de procesamiento como residuos radiactivos.
Además, los países occidentales dependen cada vez más de China en términos de eliminación de desechos tecnológicos. Basta pensar, de hecho, que el Imperio Medio dispone de alrededor del 70% de estos residuos, por lo tanto sólo se recicla un porcentaje muy bajo de lantanoides, alrededor del 1%. Todo esto permite al Gobierno de Beijing aumentar su dominio sobre los materiales y este enorme mercado.
China tiene un potente arma de chantaje que le permite mantener bajo control a los países con los que tiene disputas políticas y económicas, lo que le da un enorme poder de negociación y que asegura su crecimiento desde el punto de vista militar. Y para la serie nunca es lo suficientemente potente, en 2015 el Primer Ministro chino Li Keqiang lanzó el plan "Made in China 2025" cuyo objetivo principal es producir localmente, para 2025, el 70 por ciento de los productos que determinarán la industria del futuro induciendo así a las principales industrias tecnológicas occidentales a transferir su producción a
El gobierno de Beijing ya ha adoptado una política económica durante varios años que le garantizaría el título de superpotencia planetaria. En un entorno geopolítico cada vez más complejo, China está emergiendo como el líder indiscutible y esto es probablemente sólo el comienzo de una larga historia del surgimiento del Imperio Medio.
Rebecca Molinari contribuyó.